miércoles, 13 de noviembre de 2013

D.H. Lawrence

Somos los transmisores 

Mientras vivimos somos transmisores de vida.

Y cuando no logramos transmitir vida, 
la vida ya no logra fluir a través de nosotros.

Es parte del misterio del sexo, es un flujo que avanza.

Las gentes asexuadas jamás transmiten nada.
Y cuando al trabajar logramos transmitir vida a nuestro trabajo,

la vida, ya más vida, corre a nosotros para compensarnos,
para estar preparada
y ondeamos vivientes a través de los días.


Ya sea una mujer haciendo un pastel de manzana
o un hombre un taburete,
si la vida penetra en el pastel, bueno será el pastel
y bueno el taburete,
contenta estará ella, 
ondeando de vida fresca,
contento estará él.


Da y te será dado,ésta es aún la verdad de la vida.
Pero dar vida no es tan fácil.
No significa dispensarla a cualquier necio
ni dejar que los muertos vivientes te devoren.
Significa encender el principio de vida allí donde no estaba,
incluso si es tan sólo en la blancura de un pañuelo recién lavado.





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