Te miran raro, te miran con un descaro propio de algo
superior y no, no seré yo quien les enseñe como vivir, ya que la cuestión esta
en algo más que sobrevivir. Entonces es cuando alzo la mirada y me topo con
esos ojos, faltos, desganados, sin ambición, conformistas. Basta con darte una
vuelta un día por el centro, donde todo ya esta hecho, donde todo esta regido,
estipulado, en dirección opuesta a nuestra naturaleza, en confrontación a
nuestro ser. Escúchate, oye lo que se andan cocinando, que luego tendrás que
comer, aunque siempre existe cabida para aquel que traiga un buen puchero de su
propia elaboración.
Ese tipo no esta falto, tiene hambre, mucha hambre.
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