Deja que este humo vaya acompañado de un aire frio,
llegó el
momento de ponerle precio a las vida y esos besos valen lagrimas,
esas caricias
algún que otro llanto.
Tu ardiente presencia crea ríos donde ni un pez es visto,
crédula,
pensando que seria mi llanto.
Hoy le pongo precio,
ya que la vida no tiene camino para
cobardes y desde tu rio,
ni un pez fue visto.
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