<< Hay, sin embargo, una tercera posibilidad. Cabe que los objetos brillantes recuerden a nuestro mundo de los antípodas y que estas vagas indicaciones de la vida en el Otro Mundo resulten tan fascinantes que dediquemos menos atención a este mundo y nos hagamos así capaces de experimentar consciente algo de lo que, inconscientemente, siempre está con nosotros>>
Las puertas de la percepción.
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